Habían sido muchisimas las metas abandonadas, muchas las noches que se pasaba pensando que no era capaz de conseguir nada, muchas fueron las personas que le dijeron "lucha por lo que quieras, no te rindas".
Cuanto más avanzaba más se alejaba la meta.
Siempre comenzaba la carrera con ilusión, pensando que sería fácil llegar a ella, siendo positiva, pensando que sería corto el trayecto, pensando que no iba a haber ninguna piedra en el camino, pensando que lo conseguiría.
Pero a medida que iba llegando y no conseguía ver la linea de meta comenzaban a surgir en su cabeza pensamientos negativos, se deprimía y la unica opción que aparecia a lo largo de todo el camino era abandonar, tirar la toalla.
"¿Para que seguir luchando y caminando este puto trayecto si no voy a llegar nunca? No vale la pena, abandono, ya me marcaré otra meta más fácil" Lo único que pasaba por su cabeza era eso.
Pero por fin comenzó a ver algo, se veía un poco borroso, amorfo, pero llegó a ver la palabra META, ella se ilusionó nuevamente, comenzó a correr, sacó voluntad de donde ya no quedaba y la meta... desapareció.
Fue entonces cuando abandonó.
Se ha propuesto una nueva meta y esta vez lo conseguirá, tengo fe en ello, hay que dirigirse hacia algún puerto.
Cuando no sabemos a qué puerto nos dirigimos, todos los vientos son desfavorables- (Lucius Ennaeus Séneca)-
Aroa.
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